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martes, 1 de noviembre de 2011

CONTROLA TUS NERVIOS

Hay personas que pierden los nervios con bastante facilidad y, lo que es más grave, hacen que las personas que están a su lado también los pierdan.

¿Por qué hay personas que pierden los nervios fácilmente?
Porque tienen un bajo o nulo control emocional. No saben controlar lo que sienten y esto produce muchos conflictos de todo tipo en sí mismos y en los demás.

Estas personas con cierta frecuencia llegan a tener en los ambientes donde se mueven como una cierta protección. Para que "no se ponga nervioso" le toleran muchas cosas como enfados, protestas, cólera, mala educación, etc. y todo esto lo que hace es potenciar una y otra vez su falta de control.

En los ambientes familiares se llega incluso a tratarles con mayor delicadeza que a los demás miembros para no darles motivos para que pierdan los nervios.
En los ambientes laborales también suceden estas cosas pero que curiosamente ante el jefe, automáticamente se reducen los ataques de nervios.

El control emocional y el control de las reacciones ante circunstancias no previstas o no deseadas, está directamente asociado al éxito personal y laboral de las personas. Cuanto más control tenga una persona sobre lo que siente y sobre las situaciones que le suceden mejor le irá a ella y a los que les rodean.

El no saber controlar los nervios es una señal de carencias y falta de equilibrio de diferentes componentes de la personalidad: inmadurez, rigidez, baja tolerancia ante la frustración (poco aguante), baja autoestima, fuerte inseguridad, etc. El origen de esta falta de control emocional lo tiene que evaluar un profesional y poner el tratamiento adecuado.

¿Qué hacer con una persona que no sabe controlar sus nervios?
No te comportes con él o ella de manera paternalista. No le estimules a que se crea alguien "especial".
Cuando se ponga nervioso no te pongas como él. No te pongas a su altura. Guarda silencio. Intenta controlar tus sentimientos y tus reacciones. No entres en su juego.
Si ves que una persona ya ha perdido varias veces los nervios contigo no les des más oportunidades, cuando la veas venir márchate a otra parte donde no puedas ser su víctima. De esta manera aprenderá a ir reflexionando ante lo que hace o va a hacer.
Nunca discutas con una persona nerviosa o que va aumentando sus nervios por momentos. Lo mejor es mantenerse en silencio e incluso marcharse. Date cuenta que cuando una persona ha llegado a un alto nivel de nervios ni oye, ni entiende, ni quiere saber nada fuera de lo que está sintiendo. Lo mejor es esperar, incluso varios días, a que la situación se calme y luego retomar el tema y dialogarlo con serenidad.
Lo mejor ante alguien que ha perdido los nervios es esperar que éstos vuelvan a su sitio.

No seas una persona que le tengas miedo a los nerviosos y a sus nervios. Trata de mantener la dignidad personal, la tuya y la del otro por encima de todo. Si te mantienes sereno y te sabes controlar ya estás ayudando al nervioso porque la conducta se contagia. 


La que se siente, la que molesta

La tensión nerviosa residual, que no molesta ni se siente en ninguna forma, pero que es en realidad la madre de todas las enfermedades; solo que para producir su efecto destructor, necesita que transcurra suficiente tiempo.

Podríamos comparar los efectos de la tensión nerviosa residual con el efecto de una gota de agua sobre una piedra.

Supongamos que dejamos caer una gota de agua sobre una piedra durante un día entero; si vamos luego a contemplar la piedra ¿qué veremos?... nada.

Y si en vez de dejarla solo un día la dejamos correr una semana ¿qué veremos?... nada

Y si en vez de una semana la dejamos corres un mes ¿qué veremos?... nuevamente nada

Pero si la dejamos correr durante un par de años, entonces SI veríamos que la piedra tiene una cavidad, pues como dice el dicho "la gota de agua orada la piedra".

Pero nosotros chequeamos la piedra un par de veces y no había pasado nada, ¿querrá acaso decir esto que las gotas de agua que cayeron después, fueron más fuertes que las primeras?

Evidentemente la respuesta es NO, lo que realmente pasó es que desde un principio, cada gota de agua produjo su efecto erosivo en la piedra, pero se necesitó un sinnúmero de gotas para que dicho efecto se pudiera ver.

Cuando decimos que creemos estar perfectamente sanos pero no lo estamos, queremos entonces decir que el estrés, el exceso de tensión nerviosa, no se siente; pero que si le damos suficiente tiempo, igual que la gota de agua, terminará produciendo un profundo daño en nuestro organismo, y esta es una de las razones por las cuales es interesante estudiar control mental: para controlar el stress.

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